Las lentes que dejan pasar solo la luz roja son una opción popular entre los usuarios debido a sus múltiples ventajas. Una de las principales ventajas de las lentes rojas es que ayudan a proteger la sensibilidad de la retina a la luz azul durante la noche.
La luz azul emitida por dispositivos electrónicos, como teléfonos inteligentes, computadoras y televisores, forma parte del espectro de luz artificial más nocivo para la salud (los efectos nocivos de la luz azul, los trataré ampliamente en un artículo de la serie Sin Miedo Al Voltaje). Es bien sabido, además, que esta luz afecta la capacidad del ojo para adaptarse a la oscuridad, produciendo un estrés oxidativo ocular, lo que puede causar problemas de sueño y fatiga visual. Al utilizar lentes rojas que dejan pasar solo la luz roja, se puede reducir la exposición a la luz azul y ayudar a proteger la retina y las modulaciones al cerebro por esas frecuencias del espectro azul.
Las lentes rojas tienen una utilidad práctica y pueden ayudar a mejorar la visión en ambientes con poca luz. Además, la luz roja es menos intensa que la luz blanca, por lo que el ojo puede adaptarse mejor a ambientes con poca luz y mejorar la capacidad para ver en condiciones de poca luz.
En resumen, como investigador de campos electromagnéticos, he visto cómo a individuos con síndrome de sensibilidad central, sensibilidades electromagnéticas y sensibilidad a la luz, este producto les ayuda mucho a incorporarse a ambientes de alto estrés visual lumínico protegiendo la sensibilidad de la retina a la luz azul. Aunque es importante tener en cuenta que estas lentes no deben ser utilizadas para conducir o realizar tareas que requieran una visión precisa en condiciones normales de iluminación.
Por otra parte, igualmente como especialista, recomiendo que los lentes sean utilizados de manera intermitente para permitir al sistema nervioso seguir leyendo esas longitudes de onda y no perder la adaptabilidad básica necesaria. De lo contrario, el uso permanente de los lentes puede derivar en un aumento de la sensibilidad general a la luz artificial, incluso durante el día, y el individuo puede sentir un retroceso en su estado de bienestar y salud.